Hace ya tiempo que no me paso por aquí y no es por falta de ganas, pero es que el día a día me come. Pero quiero retomar el blog con un tema del que me apetece mucho hablar (de nuevo): el hidrógeno.
Hace tiempo escribí un post sobre el hidrógeno verde y que, según las estadísticas de Google, no tuvo demasiada repercusión… Pero no pasa nada, porque me sigue apeteciendo hablar de él jeje.
Esta vez me gustaría reflexionar en por qué no se ha desarrollado más esta tecnología.
¿Cuándo oí hablar por primera vez del hidrógeno como posible combustibe?
Hace ya como unos 20 años o quizás alguno más que se empezó a hablar de él de forma recurrente.
Sin embargo, fue como una «moda» muy muy puntual y enseguida pasó de largo.
Pasamos de que nos dieran charlas en el instituto y de que se publicaran artículos constantemente sobre él en el periódico, en revistas y en la tele a la nada más absoluta.
Nos olvidamos de él.
Y, ¿por qué ocurrió esto?
Para mí la respuesta es bien sencilla:
No estábamos preparados para ello.
Y no me entiendas mal, es que por la capacidad industrial de la época no podíamos desarrollar esta tecnología. Y, para qué negarlo, la voluntad política también tuvo mucho que ver.
Pero, ¿qué tiene el hidrógeno de especial para ser tan «complicado»?
Problema número 1
Es fugaz y se escapa por cualquier recoveco.
El hidrógeno es el elemento químico más ligero y pequeño que existe.
¿Qué quiere decir esto?
Pues que tú puedes intentar contenerlo en un recipiente, pero como el material de este contenedor va a ser más grande, químicamente hablando, no va a poder conseguirlo y el hidrógeno se irá poco a poco.
Problema número 2
A temperatura ambiente es un gas invisible, por lo que es imposible detectar una fuga a simple vista.
Problema número 3
Es altamente inflamable.
Recuerda que para generar un incendio hacen falta 3 cosas:
- Un combustible
- Oxígeno
- Un activador, como por ejemplo una chispa o un fuego
En nuestro caso, si tenemos hidrógeno gaseoso y se escapa del tanque donde lo tenemos, entra en contacto con el oxígeno, con lo que a la mínima chispa se inflamará e incluso podría llegar a provocar una explosión.
Y puede que creas que una chispa no es tan fácil de obtener, pero nada más lejos de la realidad.
Cuando encendemos una luz, el interruptor genera una chispa. Incluso una pequeña electricidad estática produce una chispa y ojo, un calor extremo también puede generar una pequeña humareda y ya la tenemos liada si hubiera hidrógeno cerca.
¿Y tú? ¿Cuál crees que es el mayor desafío para el uso de hidrógeno?