El otro día se celebró el día mundial del reciclaje, y me gustaría escribir este post haciendo una reflexión sobre el propio reciclaje.
¿Te suena la regla de las tres erres?
Reducir, reutilizar y reciclar, en ese orden.
El orden es importante, pues para cuidar del medio ambiente es muy importante, en primer lugar, reducir nuestro estilo de vista consumista.
En segundo lugar, si no podemos reducir nuestro consumo y optamos por comprar algo, ya sea un producto envasado, un juguete o una prenda de ropa, hay que reutilizar lo máximo posible. Así, evitaremos consumir más y no tiraremos tanto.
Y, por último, cuando no podamos aprovechar más el producto, hay que reciclarlo.
¿Por qué se le da tanta importancia al reciclaje?
La respuesta es, a la par que sencilla, dolorosa.
Vivimos en una sociedad de consumo. Cuanto más consumo, más se mueve la economía y más «riqueza» se genera.
Por esta razón, uno de los mayores enemigos de este tipo de sistema capitalista es que se frene el consumo.
¿Y cómo se frena el consumo?
Pues reduciendo y reutilizando…
Con lo que, ya que «no podemos aplicar las dos primeras Rs» pues vamos a aplicar la tercera que, además, genera más consumo, productividad, puestos de trabajo, más dinero, etc.
Por eso se le da tantísima importancia al reciclaje, por la economía que genera y que no destruye.
Mi opinión sobre el día mundial del reciclaje
Creo que este día es una estrategia de publicidad, simplemente.
Anima, una vez más, a que la gente recicle, desvirtuando la reducción y la reutilización que, todo sea dicho, no tienen día propio.
Cuando más se recicla más economía se genera, como vimos anteriormente.
¿El día mundial del reciclaje ayuda al medio ambiente?
¿Que si reciclar ayuda al planeta?
Pues sí, pero es el mal menor.
Lo que debemos de hacer es consumir menos si de verdad nos importa el planeta. Habría que buscar otras alternativas para mover la economía que no sean consumir, consumir y consumir.
Se podría apostar por que las cosas sean más caras y de mayor calidad, así la sociedad no compraría tanto.
Pero… eso no genera riqueza.
Bueno, según como se mire. Como te expliqué en el post sobre el algodón orgánico, este conlleva un cultivo y una recogida más laboriosa, lo que implica más puestos de trabajo. A su vez, el proceso de hilado y tinte posterior no lleva exceso de productos químicos, y aboga por productos más naturales, que a su vez han sido más laboriosos de fabricar y se han necesitado más personas para producirlos.
Además, si una persona se gasta más dinero en algo de mayor calidad, eso hará que cuando se le deteriore un poco lo lleve a un especialista a arreglar, lo que, una vez más, genera más puestos de trabajo que si lo tira a la basura y acaba en un vertedero.
¿Y tú? ¿Qué opinas del tema?
Aroha
Cuanto razón tienes, vivimos en la era del cuanto más mejor y nos olvidamos del menos es más.
Muchas gracias por los posts!!
Raquel
Correcto.
Emerita
Te sigo fielmente y me identifico totalmente con tus planteamientos.
Llevo mucho tiempo peleándome con los envases de plástico. Esa batalla, no creo que la ganemos en la vida…
Raquel
Bueno, yo no estoy en contra al 100% de todos los envases de plástico, pero sí del 99% de ellos. Reconozco que, para determinados (e ínfimos) usos, pueden ser necesarios. En cuanto a la batalla… o los Gobiernos ponen de su parte o no hay nada que hacer.