Hace poco fue mi cumpleaños y unos amigos me regalaron una cajita con productos eco, jabones y esas cosas.
Entre las cosas de esa cajita había una crema sólida.
Y yo la verdad es que veía este formato de crema cada vez que iba a la tienda donde suelo comprar mis productos de cosmética y droguería, pero no me preguntes por qué pero nunca me parecía que fuera una buena opción.
¿Por qué no confiaba en la crema sólida?
Pues es una buena pregunta.
Quizás porque siempre me he acostumbrado a usar crema líquida en bote, quizás porque inconscientemente lo asociaba a champú sólido para el pelo, o porque me parecía demasiado compleja de aplicar.
Aunque, si te soy sincera, creo que lo que más me echaba para atrás es que creía que no me hidrataría la piel tan bien como mi crema habitual.
¿Cómo es la crema sólida?
Básicamente es una pastilla, como si fuera de jabón, al menos eso es lo que parece.
Sin embargo, una vez la empiezas a usar va como perdiendo grasa, se va ablandando y al pasarla por encima de tu piel deja como una capa hidratante encima.
Sin embargo, no es para nada pringosa e hidrata a la perfección, dejando la piel súper suave.
¿Cuál es mi conclusión?
Me ha encantado.
Es un producto por el que no daba nada por él y que me ha sorprendido muchísimo.
Además, viene envuelto en una preciosa tela que luego puedes reaprovechar para manualidades o para envolver algún regalo.
Anímate a probarla y me cuentas qué tal te ha ido.