Hoy vengo a hablarte de la conductividad eléctrica.
Puede parecer que no es importante, pero en el mundo en el que vivimos, que cada vez demanda más y más energía, no es de extrañar que esta tecnología necesite un desarrollo mucho más potente cuanto antes.
Quédate y te explico por qué.
¿Qué sabemos de la conductividad eléctrica a día de hoy?
Para explicarlo en pocas palabras, la conductividad es la capacidad de un material para transmitir la electricidad.
En el día a día, los encargados de transmitirla son los cables eléctricos.
Pero hay varios tipos de cables.
En el colegio/instituto me enseñaron que el material con mayor conductividad es la plata. Pero claro, si usamos cables de plata el precio se dispararía por su alto precio.
Así que por tema de costes los cables se fabrican con el segundo material más popular dentro del mundo de la electricidad, que es el cobre. La conductividad del cobre es algo inferior a la de plata, pero compensa usarlo puesto que abarata el precio de los conductores.
Por otro lado, también tenemos el aluminio, usado para abaratar aún más los cables y aligerar su peso. Sin embargo, no son tan populares como los de cobre.
Te dejo por aquí más información sobre los cables de aluminio y los de cobre por si te apetece ahondar más en el tema.
¿Qué problema presenta la conductividad hoy en día?
A pequeña escala las soluciones que tenemos en nuestros hogares y en la propia industria son útiles y perfectamente válidas.
El problema viene cuando queremos aparcar los combustibles fósiles y migrar hacia un futuro gobernado por motores eléctricos.
Como te contaba en un antiguo post sobre el hidrógeno, parece que a día de hoy es el combustible que más promete para aplicaciones donde se requiere una gran cantidad de energía, como podría ser el sector de la aviación o del espacio.
¿Por qué te cuento todo esto?
Pues bien, hemos desarrollado pilas de hidrógeno que generan una gran cantidad de electricidad, pero el problema es cómo transportarla.
La conductividad eléctrica necesaria para llevar esa electricidad de un lugar a otro es a base de poner cables de cobre muy gordos y pesados. Una opción para nada ecológica, puesto que se necesita un montón de metal (y plástico) para fabricarlos, un montón de material más para instalarlos y un montón más de energía para mover el vehículo al cual van a dar servicio debido al incremento del peso de los conductores.
También hay que remarcar un punto muy importante, que es la cantidad de calor que producen estos cables y que hace que su eficiencia empeore considerablemente.
¿Qué nos hace falta para conseguir mejor conductividad?
Es una muy buena pregunta.
La respuesta es fácil: necesitamos desarrollar unos superconductores que desempeñen ese papel.
Pero eso es un tema del que te hablaré otro día.
¿Tú qué piensas, crees que los superconductores son el futuro?